Por: UDLA Online
14 de octubre de 2024
Los cuidados paliativos representan una de las ramas más humanas y necesarias de la medicina moderna. El concepto de cuidados paliativos según la OMS considera que su objetivo es proporcionar calidad de vida, tanto a pacientes con enfermedades limitantes o terminales, como a sus familias; sin embargo, esta noble tarea no está exenta de desafíos.
En UDLA Virtual es importante abordar el tema con profesionalismo y empatía, por lo que, en este artículo, compartiremos distintos aspectos de la complejidad de los cuidados paliativos, particularmente en una sociedad como la ecuatoriana, donde el respeto por los mayores está intrínsecamente vinculado a los valores culturales y éticos.
La población de adultos mayores en Ecuador sigue creciendo, según el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), en el país viven 1 520 590 personas que tienen más de 65 años, lo que representa el 9% de la población total. Por lo tanto, la planificación de políticas públicas adecuadas para atender las necesidades de este segmento poblacional es crítica.
Con una proporción creciente de la población entrando en la tercera edad, las necesidades de cuidado para enfermedades crónicas y terminales también aumentan. Los cuidados paliativos buscan mejorar la calidad de vida, a través del alivio del sufrimiento, la prevención y atención del dolor y otros síntomas físicos, así como el manejo de aspectos psicológicos, sociales y espirituales.
Específicamente, en la población de adultos mayores, estos cuidados son fundamentales dado son más susceptibles a padecer enfermedades crónicas y degenerativas que a menudo no tienen cura, pero que requieren de una atención especializada para manejar los síntomas y promover el bienestar durante todas las etapas finales de la vida.
Los cuidados paliativos en adultos mayores permiten:
La enfermería proporciona atención directa al paciente al manejar síntomas y asegurar el confort; por ejemplo, en la gestión del dolor, que es uno de los síntomas más comunes y preocupantes para los pacientes en fase terminal. Una enfermera capacitada en cuidados paliativos puede evaluar de manera precisa el nivel de dolor del paciente utilizando herramientas estandarizadas y luego administrar la medicación adecuada prescrita para aliviarlo. Además, puede emplear técnicas no farmacológicas como la masoterapia, relajación guiada o musicoterapia para complementar.
Al hacerlo, la enfermera no sólo mejora la calidad de vida del paciente, sino que también se convierte en un puente de comunicación constante entre el paciente, su familia y el equipo médico, asegurando que todas las partes estén informadas y alineadas en el enfoque de cuidado.
En este sentido, la formación de los profesionales en enfermería les permite enfrentar dificultades prácticas durante la atención. Sin embargo, es muy importante mejorar la formación de enfermería en cuidados paliativos en las etapas educativas iniciales.
Para entender a fondo cómo se pueden mejorar estos servicios a través de la educación continua, lee nuestro artículo sobre cuidados paliativos en enfermería.
Abordar los cuidados paliativos es adentrarse en una fase intensamente delicada y compleja tanto para pacientes como para sus familias y cuidadores, en la cual pueden enfrentarse los siguientes desafíos:
Los cuidados al final de la vida van acompañados de una carga emocional intensa, tanto para el paciente como para sus seres queridos y el personal médico. El paciente puede experimentar una profunda tristeza y miedo ante la inminencia de la muerte, lo que a menudo se acompaña de un sentimiento de pérdida de control sobre su vida y el futuro.
Paralelamente, los familiares y amigos cercanos pueden comenzar a experimentar el duelo anticipado, procesando la pérdida venidera del ser querido, lo que puede generar sentimientos de impotencia, tristeza profunda y ansiedad sobre cómo será la vida sin la persona. Navegar por estas emociones intensas requiere una comprensión y apoyo emocional sustanciales por parte del equipo de atención paliativa, enfatizando la importancia de la comunicación abierta, el acompañamiento emocional y el soporte psicológico tanto para el paciente como para sus seres queridos.
La implementación de los cuidados paliativos a menudo requiere de la coordinación de múltiples servicios que pueden incluir visitas domiciliarias, terapia de dolor y apoyo espiritual. Por ejemplo, un centro de cuidados paliativos está diseñado para facilitar este proceso; sin embargo, la accesibilidad y disponibilidad de estos servicios aún son un reto, particularmente en zonas remotas.
Por lo tanto, la realidad de gran parte de la población de adultos mayores es la de depender de sus familias, quienes se vuelven cuidadores, quienes también pueden experimentar el síndrome del cuidador quemado o burnout. Este fenómeno se manifiesta en aquellos que están a cargo de personas dependientes, que requieren una atención constante, lo cual puede resultar en un agotamiento tanto físico como mental para el cuidador.
El burnout no solamente deteriora la salud del cuidador, poniendo en riesgo su bienestar, sino que también puede afectar la calidad del cuidado que proporcionan. En este sentido, es fundamental reconocer los signos de alerta y fomentar estrategias de autocuidado, así como buscar apoyos externos para mitigar las cargas de estrés y prevenir el desgaste asociado a la tarea de cuidar en etapas avanzadas de la enfermedad.
A nivel médico, los profesionales enfrentan el reto constante de mantener el confort del paciente, manejando síntomas complejos y, a veces, cambiantes. La administración de medicamentos y la actualización constante en técnicas de alivio son vitales.
El concepto de cuidados paliativos según la OMS aboga por una aproximación que mejore la calidad de vida de los pacientes y sus familias, además de que afronte los problemas inherentes a la enfermedad con un enfoque preventivo y terapéutico.
Los costos asociados con los cuidados paliativos pueden ser elevados. Esto no sólo incluye el tratamiento médico sino también la asistencia personalizada a largo plazo. Como resultado, muchas familias enfrentan dificultades financieras, lo cual enfatiza la necesidad de abogar por cambios en las políticas de salud para soportar económicamente a aquellos en cuidados paliativos en el adulto mayor y otros segmentos.
A nivel político, se requiere de un marco robusto que garantice el acceso universal a los cuidados paliativos. Mejorar las políticas de salud en relación con la planificación anticipada, la cobertura de seguros y el acceso a medicamentos es esencial para fortalecer este campo.
En este sentido, la Política Nacional de Cuidados Paliativos de Ecuador tiene como objetivo principal la incorporación efectiva de los cuidados paliativos en el Sistema Nacional de Salud. Esto permite brindar una atención integral a los ciudadanos a lo largo de todo su ciclo vital. Además, la Asociación Ecuatoriana de Cuidados Paliativos trabaja activamente para impulsar el desarrollo y la implementación de los cuidados paliativos en el país, buscando mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades avanzadas y de sus familias.
Los cuidados al final de la vida son fundamentales para garantizar un final digno y confortable. Por ello, reconocemos la importancia de la educación continua y la sensibilización sobre estos temas vitales, en sintonía con las necesidades de nuestra sociedad. La revisión del tema en este blog es un testimonio de nuestro compromiso con la mejora continua de los cuidados paliativos en nuestro país.
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Fuentes:
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