SALUD Y BIENESTAR

Riesgos químicos en el trabajo, señales y soluciones para protegerte

Por: UDLA Online

Dos trabajadores en trajes de protección amarillos, preparados para manejar riesgos químicos.

La gestión de los riesgos químicos es uno de los grandes desafíos de la salud ocupacional contemporánea, especialmente en Latinoamérica, donde sectores como la manufactura, petróleo, agricultura y la industria alimentaria dependen intensamente del uso de sustancias peligrosas.

Solo en Ecuador, se notificaron más de 2,000 casos anuales relacionados con intoxicaciones por plaguicidas y otros químicos; cifra que, según datos del Ministerio de Salud, apenas revela una fracción del problema real en los entornos industriales y agropecuarios.

Esto evidencia la necesidad de abordar con seriedad la gestión, evaluación y prevención de los factores de riesgos laborales asociados a químicos.

Tipos y ejemplos de riesgos químicos en el trabajo

Cuando hablamos de tipos de riesgos laborales, distinguimos varias categorías clave:

  • Asfixiantes (como monóxido de carbono o gases industriales)
  • Corrosivos (ácidos, hidróxidos)
  • Irritantes y sensibilizadores (disolventes, detergentes)
  • Carcinógenos, mutágenos y teratógenos (benceno, plomo, asbesto)
  • Inflamables y explosivos (vapores de solventes, polvos de aluminio)
  • Reactivas (mezclas incompatibles que pueden provocar explosiones)

Estos agentes pueden ingresar al organismo por inhalación, ingestión o contacto dérmico, y sus efectos pueden oscilar desde irritaciones leves hasta intoxicaciones graves, daño pulmonar, cáncer y enfermedades crónicas. Factores de riesgos químicos como la concentración de la sustancia, la frecuencia de exposición y las condiciones ambientales agravan el peligro.

Gestión y prevención de riesgos químicos en la industria licorera de Cuenca

En 2004, tras un estudio especializado en la industria licorera, se detectó exposición significativa de trabajadores a hidróxido de sodio y ácido clorhídrico, dos sustancias reconocidas por su potencial corrosivo y alto riesgo de inhalación.

El incidente detonante fue la fuga accidental de ácido durante una jornada de rutina:

Situación de riesgo. Un contenedor de ácido clorhídrico presentó una falla en la válvula de descarga, liberando vapores en el área de almacenamiento y provocando irritaciones en varios trabajadores.

Consecuencias. Varios operadores presentaron lesiones leves a moderadas y la producción se detuvo varias horas.

Acciones correctivas. El equipo técnico implementó barreras físicas, extractores de aire y mejoró los protocolos de uso de equipos de protección personal. Se actualizaron hojas de seguridad, se reforzó la capacitación y se realizó una evaluación formal de tipos de riesgos laborales para minimizar futuras exposiciones.

Evaluación y prevención. Tras la intervención, no se reportaron incidentes similares en el siguiente año y se implementó un monitoreo regular siguiendo buenas prácticas de seguridad y salud en el trabajo. El caso demuestra que la prevención depende de una gestión proactiva y formación constante.

Cómo protegerte cuando trabajas con riesgos químicos

Si trabajas en entornos donde se manipulan sustancias peligrosas, cuidar tu salud no depende solo de los protocolos de la empresa, sino también de tus propios hábitos.

Aquí van algunas acciones sencillas —pero muy efectivas— para mantenerte seguro:

  • Usa siempre el equipo de protección personal (EPP): guantes, gafas, mascarillas o trajes especializados no son opcionales; son tu primera línea de defensa frente a salpicaduras, vapores o residuos.
  • Infórmate sobre las sustancias con las que trabajas: revisa las hojas de seguridad (MSDS) y aprende a reconocer los símbolos de riesgo químico. Entender qué tan tóxicos o corrosivos son los productos te ayuda a reaccionar mejor ante una emergencia.
  • Mantén limpios y ventilados los espacios de trabajo: evita acumular materiales o productos abiertos. Un entorno limpio y con buena ventilación reduce la posibilidad de inhalar vapores nocivos.
  • Sigue los protocolos, incluso en tareas rutinarias: la mayoría de los accidentes ocurre cuando bajamos la guardia. Revisa las válvulas, tapas y conexiones antes de cada turno.
  • Cuida tu salud fuera del trabajo: una buena hidratación, alimentación balanceada y chequeos médicos regulares refuerzan tu capacidad para tolerar la exposición y detectar síntomas tempranos.

La prevención empieza con la conciencia: saber que estás expuesto y actuar con precaución te permite trabajar con confianza. La seguridad no es solo una norma, es una forma de autocuidado que protege tu salud y la de tus compañeros.

La importancia de la formación técnica y ética

El desafío de los riesgos químicos va mucho más allá del cumplimiento normativo: requiere equipos formados en ética profesional, atentos tanto a la minimización de peligros como a promover la seguridad y salud laboral en todos los niveles de la organización.

Invertir en capacitación avanzada, como un posgrado en seguridad e higiene, así como acceder a maestrías en salud Ecuador, resulta fundamental para quienes buscan liderar prácticas responsables en ambientes industriales.

La formación permanente en gestión de riesgos laborales, junto al desarrollo de sistemas y cultura de reporte, es esencial para reducir accidentes, enfermedades y proteger a las comunidades laborales. La apuesta por la educación técnica y ética es clave para mantener entornos más seguros, reduciendo los costos humanos y económicos asociados a la exposición química.


Fuentes: