Por: UDLA Online
12 de octubre de 2024
En nuestra búsqueda incansable por claves para una vida plena y saludable, a menudo nos encontramos con una verdad invariable: los hábitos que desarrollamos en la juventud son la piedra angular para un envejecimiento saludable y activo.
Indudablemente, todos aspiramos a disfrutar de una vejez plena y sana. No importa la etapa de la vida en la que te encuentres, siempre es posible empezar a implementar prácticas saludables en la vida cotidiana, con el propósito de mejorar tu bienestar físico, mental, emocional y social.
En este artículo te compartimos algunos consejos para que, sin importar si aún estás en tus veintes, o cerca de la vejez o ya te encuentras en esa etapa, puedas empezar a aplicarlos hoy mismo y así comenzar a cosechar beneficios para tu salud.
Envejecer saludablemente es mucho más que la ausencia de enfermedad o de evitar a toda costa el paso de los años. Es un proceso integral, que abarca el bienestar físico, mental, emocional y social de la persona a medida que avanza en edad.
a respuesta corta es sí: este es el momento perfecto para empezar a cuidar tu salud y bienestar de manera integral. Pero no se trata de preocuparse innecesariamente, sino de ser proactiva o proactivo, esto incluye buenos hábitos alimenticios, ejercicio funcional, mejor higiene del sueño, estrategias para el cuidado emocional, etc.
Los investigadores de Harvard, en un amplio estudio que siguió a más de 25 mil mujeres en Estados Unidos por hasta 25 años, descubrieron que quienes consumían la dieta mediterránea tenían hasta un 23% menos de riesgo de muerte por enfermedad, y esto incluía tanto en salud cardiovascular como en la prevención del cáncer.
Pero ¿cómo se pueden aplicar estos hábitos al contexto ecuatoriano? La buena noticia es que la dieta mediterránea y la dieta tradicional de Ecuador tienen mucho en común, ya que ambas priorizan ingredientes frescos, naturales y una preparación sencilla.
Adaptar estos buenos hábitos alimenticios a tu contexto no solo es posible, sino deseable. Hoy en día también puedes estudiar nutrición online para entender cómo la cultura y los recursos locales tienen un lugar dentro de la evidencia científica para promover un envejecimiento saludable. De la misma manera, puedes obtener herramientas para contribuir en la mejora de hábitos alimentarios en la población ecuatoriana, con un Diplomado en Nutrición, Salud y Bienestar.
Otro estudio reciente sugiere que aumentar la masa muscular puede tener un impacto significativo en la esperanza de vida. Ejercitar los músculos no solo ayuda a realizar actividades cotidianas con mayor vigor y seguridad, sino que también actúa directamente sobre la longevidad.
El tejido muscular hace más que facilitar el movimiento. Su función es la de ser un órgano secretor de hormonas y otras moléculas que tienen efectos reguladores en todo el cuerpo. Esta acción hormonal incluye la secreción de miokinas, que ayudan significativamente en la reducción de la inflamación, el mejoramiento del metabolismo de la glucosa y la quema de grasa, funciones vitales que contribuyen al combate de enfermedades crónicas y condicionan la calidad de vida a medida que el cuerpo envejece.
En este sentido, es primordial adoptar un estilo de vida que contemple la actividad física regular, a través del entrenamiento de fuerza y resistencia, junto con una dieta balanceada rica en proteínas y nutrientes clave.
Si sientes pasión por aprender más sobre cómo la comida y la actividad física pueden mantener nuestros músculos y cuerpos saludables, una Maestría en Nutrición y Dietética puede ser tu próximo gran objetivo.
En el mundo actual, estamos atrapados en la rutina diaria, tanto que podemos descuidar dos aspectos fundamentales para nuestro bienestar: la salud mental y la capacidad de disfrutar realmente la vida. Dedicar tiempo a actividades motivantes, gestionar el estrés, tratar problemas de ansiedad o depresión, y asegurar un sueño reparador, son esenciales no solo para nuestro bienestar emocional y mental, sino también para nuestra salud física.
La vida está llena de pequeños placeres que, con frecuencia, pasamos por alto. Hacer una pausa para apreciar un atardecer, disfrutar de una conversación significativa con un amigo, o sumergirse en una actividad que realmente nos apasione, puede tener un profundo impacto en nuestro estado de ánimo y percepción de la vida. Estos momentos de conexión y felicidad nos recuerdan la belleza de la vida y la importancia de vivirla plenamente.
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